sábado, 29 de septiembre de 2012

"Lo que hemos hecho está en revisión"

ENTREVISTA PEDRO CALZADILLA, MINISTRO DE CULTURA


Pedro Calzadilla. Foto Vicente Correale


Creo que los museos lo visitan hoy en día un público más plural, desde el punto de vista de su origen social" "Aspiramos a tener algunos circuitos del cine privado o algunas salas que nosotros podamos programar".


DUBRASKA FALCÓN , PEDRO CALZADILLA , MINISTRO DE CULTURA | EL UNIVERSAL

lunes 2 de julio de 2012 1



El ministro de la Cultura, Pedro Calzadilla, está satisfecho. Asegura que, a pesar de las trabas que existen en la administración pública, está contento por la política que ha desarrollado desde su nombramiento en 2011. ¿Errores? Reconoce varios. Por ejemplo, que está en deuda con la promoción de los escritores nacionales, que se había descuidado a los museos, que el Plan de Lectura tuvo fallas, y que la importación de libros se ha afectado de manera dramática con el control de cambio.

Pero también habla de logros. Como punto de honor, el historiador menciona la creación del Sistema de culturas populares, la Red de teatro y circo, la Red de escritores, y la de Memoria, patrimonio e historia.

-¿Hacia dónde apunta su política cultural?

-Creo con los gabinetes estadales se ha democratizado el acceso a la cultura a través del fortalecimiento de las industrias culturales, como el cine, la imprenta, el disco. Otra cosa muy importante es la reivindicación de la diversidad cultural. ¿Para dónde ir? El presidente (Chávez) lo ha dicho, y yo lo comparto: debemos lograr la transformación del sistema de valores, que se tome distancia del capitalismo en la relación con la naturaleza y los miembros de la sociedad.

-En la Feria del libro se mostró una encuesta según la cual uno de cada dos venezolanos lee un libro. ¿Eso es creíble?

-No es un resultado que haya emanado de la feria. Fue un estudio profesional que hizo un grupo de especialistas según las pautas del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe. Digamos que hay un margen de error. Tenemos que verificarlo e ir corroborando datos. ¿Su veracidad? Bueno, queremos que sea verdad. No es que el Estado ha hecho muchos libros, sino que hay muchos libros en las calles, muchas librerías y ferias del libro.

-¿Qué pasó con el Plan de Lectura? ¿Se hizo seguimiento a los libros que regalaron?

-Se hizo parcialmente. A veces cometemos fallas por no ir hasta el final, pero eso no significa que no se cumplió una tarea. Regalar El Quijote fue un símbolo. Vale la pena hacer una fila y llevárselo. Es una manera de decir: 'Queremos que esto sea cotidiano'. Probablemente alguna persona de las que se llevó el libro no sabía dónde colocarlo o no sabía leer. Esa es una de las tareas que tenemos pendientes. Pero para el próximo año vamos con un gran Plan Nacional de Lectura.

-El dólar es un problema para importar libros.

-Sí, hay retardos. Es una de las quejas. ¿Cómo hacemos para que se agilice la importación de libros? Se hace, pero quizás no tiene la respuesta oportuna. Debería ser un proceso natural. Toca corregirlo, aunque el Ministerio de la Cultura no es el que aprueba los dólares de Cadivi. Nosotros le hemos dicho a Iván Dieguez (Cámara Venezolana del Libro) que estamos dispuestos a meternos a colaborar con ellos.

-La presidenta del Centro Nacional del Libro (Cenal), Christian Valles, dijo que el Estado tiene una deuda con la promoción de los escritores venezolanos...

-Necesitamos la agencia literaria. Esa responsabilidad la tiene el Centro Nacional del Libro, que tienen una dirección o instancia que debe ser muy raquítica o no sé qué pasa ahí. Necesitamos un vigoroso espacio de promoción de nuestros escritores en el exterior.

-La producción de películas ha aumentado, pero vemos que Madagascar se exhibe en 37 salas, mientras que Er relajo del loro solo se puede ver en 8.

-Eso es un forcejeo tremendo con las salas comerciales. Hasta ahora estamos negociando. Hemos tenido buena disposición y hemos logrado acuerdos importantes. Aspiramos a tener algunos circuitos del cine privado o algunas salas que nosotros podamos programar. Si todo va bien tendremos una pequeña experiencia con un festival que vamos a hacer conjuntamente, pero no quiero anunciarlo todavía.

-Fundarte (Alcaldía de Libertador) tiene un circuito artístico en los teatros recuperados. ¿Qué papel juega el ministerio allí?

-Estamos trabajando como un solo equipo: es Fundarte, el ministerio y el Gobierno del Distrito Capital. En el teatro tuvimos muchas dificultades para encontrar un rumbo. Creo que hemos avanzado, se han reabierto espacios de encuentros. Me he reunido con mucha gente del teatro de todas las corrientes artísticas, estéticas y de las regiones. No me he reunido con todos, pero sí he escuchado a mucha gente. He tratado de saldar las cosas en las que reconozco que hemos fallado.


-Días atrás reconoció que se descuidaron los museos.

-Creo que se confió en que el mecanismo de administración de la Fundación Museos Nacionales era suficiente para garantizar el despliegue de las instituciones con una óptica nueva y renovada. El propósito era darle coherencia a una política en los museos que superara la tendencia al fraccionamiento o al aislamiento que tenían varios museos. Se buscaba darle una coherencia y una política que articulara todo, que se aprovecharan los recursos.

-Pero no se logro...

-No pasó. Sí creo que tiene que ver con el modelo que se adoptó, aunque el propósito era noble. No queremos perder la idea de que los museos formen parte de un cuerpo plural.

-Pero con la Fundación se dejó de adquirir piezas, solo se hicieron exposiciones de las colecciones permanentes...

-Todo lo que hemos hecho está en revisión. Si la revolución permite una cosa es someter constantemente a revisión la cosas. Al Presidente lo ves: adelanta una cosa, rectifica, reconoce y ajusta. Nosotros podemos ir consolidando un modelo que permita que haya una coherencia en las políticas museísticas. Y además restituirle a esas instituciones su capacidad de accionar.

-Hubo artistas que se sintieron excluidos...

-Venezuela ha transitado un proceso político que ha entrado en toda la vida. Esa intensidad de la vida política de los últimos años y la propuesta de transformación supuso cierta resistencia. Eso poco a poco debe restablecerse a partir de la idea de que no puede haber exclusión de ningún tipo. No hay ningún sector ni ninguna corriente artística que deba ser excluido de los asuntos culturales. Que hay diferencias políticas, sí. Que eso provoque que un artista no pise más una institución, ahí uno se detiene y dice: 'Bueno, ahí pasó algo que debe corregirse'. No va a ser fácil, pero yo he comenzado a ver rostros en los museos que tenían tiempo sin estar.

-Rubén Wisotzki dijo que quería llenar el Museo de Bellas Artes de visitantes aunque fuera con réplicas. ¿El museo se está masificando?

-Ese es el sueño, que logremos que la contemplación de un Reverón suscite el interés de inmensas mayorías. Ver las réplicas de Tutankamón es legítimo, como legitimo es entrar a un museo para contemplar uno de los paisajes de Macuto de Armando Reverón. A mí sí me gustaría que hubiese una cola de gente para ver a Reverón. No hemos llegado ahí y esa es la tarea. Creo que los museos los visita hoy un público más plural, desde el punto de vista de su origen social. No es que vayan en masa, pero ahora es posible reconocer que hay un público con un origen más plural.

-Se ha dicho el verdadero ministro de la cultura sigue siendo Francisco Sesto...

-En el terreno de la cultura, creo que la revolución bolivariana arrancó y comenzó con Farruco. Quienes hemos estado en el ministerio, tanto (Héctor) Soto como yo, lo reconocemos como el gran diseñador de este proceso. Él me acompaña como amigo, como camarada y como Ministro de la Reconstrucción Urbana de Caracas. Él siempre está abierto cada vez que lo llamo para preguntarle su opinión. Pero me reconozco como parte de un solo equipo, que es el equipo de la Revolución Bolivariana en cultura.


Tomado de El Universal


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